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sábado, 30 de enero de 2010

Una estrella en mí jardín

Hola Jessica. Esta canción tiene para mí un encanto especial. Me gusta mucho la letra, la música y me encanta la forma de cantar de Mari Trini. Espero que te guste, amiga mía. Quizás los gustos de los que hacemos esto no coincidan con los tuyos, al menos en mí caso, porque nunca he sido un experto en temas musicales. Me guío por lo que a mí me gusta, normalmente cosas románticas.



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También quiero dejarte un cuento para que  leas mientras escuchas a Mari Trini. Se llama:




La niña y el lobo.
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El invierno tocaba a su fin y la nieve comenzaba a derretirse. Tïmidamente, asomaban su verdor algunas plantas por entre los riachuelos que corrían como hilos juguetones.
Anuska y Evelia, las dos hijas del granjero, con sus capas de abrigo, respirando a pleno pulmón el aire puro, se dirigieron hacia el bosque. Llevaban una bolsa con grano y sus respectivas meriendas. Pensaban que podían encontrar animalitos hambrientos y saludaban alegres a las cabritas que volvían de los pastos y a los pájaros que regresaban de la invernada en paises más cálidos. Y ambas arrojaban grano y miguitas de pan aquí y allá, para ayudarles a sobrevivir, mientras compartían su alegría.
Y de pronto, un terrorifico aullido les heló la sangre en las venas.
  -¡Es un lobo! -chilló Anuska.
Evelia miró aquellos ojos como carbones, brillantes y ansiosos, pero no atendía a las súplicas de su hermana, que le gritaba que huyera.
  -¡Pobre! ¡Pobrecito lobo! ¡Puede que tenga hambre!
Sobre unas briznas de hierba salpicadas de nieve blanca depositó su merienda. El lobo se fue acercando, acercando y Anuska, asustada, se alejó corriendo. Evelia, por el contrario, espero, aunque temblorosa, que el lobo llegara en busca del alimento que quería.
Tenía miedo, pero no quería irse. El lobo tenía tanto derecho como las cabras y los pájaros a ser tenido en cuenta. Y el fiero animal, sin dejar de mirarla,  llegó hasta ella, tomó el alimento y luego se alejó corriendo.
Nuska recriminó a su hermana por haberse expuesto a la fiereza del lobo hambriento; pero Evelia se disculpó diciendo que todos los animales han sido creados por Dios y merecen nuestro cariño y nuestra ayuda.
A la mañana siguiente, nada mas saltar de la cama, Evelia corrió a la ventana. Creía haber escuchado un apagado aullido.
  -¡El lobo ha venido hasta aquí! Si lo ve mí padre o cualquiera de los pastores, lo matarán.
Sin pensar en el peligro que corría, y a pesar de los consejos de su hermana, Evelia se echó sobre los hombros la capa de abrigo y salió de la casa.
El lobo, como el día anterior, la miraba fijamente con sus ojos de fuego.
  -¡Vete! ¡No debes estar aquí! ¡Vete o te darán muerte!
Evelia siguió insistiendo para que el lobo se marchara de allí corriendo antes de que pudieran darle muerte.
Pero el animal parecía firmemente decidido a seguir allí, contemplándola. Quiza atacase en el momento menos pensado... Y como Evelia escuchara pasos, olvidándose de su temor, alargó la mano y acarició la cabeza del lobo:
  -¡Vamos! ¡Hazme caso y vete! Estás corriendo un gran peligro.
Sin moverse, el animal se limitó a lamer la mano de Evelia. Al instante, cayó la piel del lobo y un apuesto príncipe apareció ante la sorprendida muchacha.
  -Querida Evelia, no te asustes de mí. Soy un príncipe a quien el Hada de la Enemistad, que odiaba mí reino, transformó en lobo. Solo podría recobrar mí forma humana si una generosa muchacha acariciaba mí cabeza. El Hada debió pensar que ninguna tendría valor para hacerlo.
 Y como puedes suponer, mi pequeña Jessica, Evelia se casó con el apuesto príncipe y fueron muy felices.

1 comentarios:

Mici dijo...

Juan, cuanto hace que no escuchaba a Mari Trini...
Que lindo final…eso nos enseña que siempre debemos ser compasivos con los animales.
Uyyy Jessi, de ahora en mas, pensemos que detrás de uno de estos seres tan maravillosos como los animalitos puede estar tu Príncipe!!! Jajaja.. yo también estaré atenta por las dudas, mira si de repente aparece mi Príncipe en un corcel a buscarme… jajaja
Besitos para los dos

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